sábado, 11 de agosto de 2012

La vie


Me arropó con sus sábanas. Me alejé de su cuerpo, me alejé de la realidad, giré la almohada coloqué la cabeza, mis ojos se cerraron con tranquilidad y poco a poco mi cuerpo fue formando una dulce silueta. Bajo su mirada y un cigarrillo entre sus labios. Me acarició lentamente, con la más pura delicadeza.
Después de todo yo no quise perder la valentia y en mis sueños no apareció ningún principe azul.

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