Sin escenas ni guión

domingo, 12 de agosto de 2012

Sobran las palabras.

Publicado por Rocio en 12:54

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Dulce comienzo.

Nuestra apariencia cambía constántemente, pero la pura esencia solo mejora.

Llegó la hora de perderse.

Rocio: Me considero diferente, adicta a la moda, seguramente con más defectos que virtudes, alguien a la que conoces en un solo día o que no me llegaras a conocer nunca, no seré hoy la misma que mañana y me dificultad al perdonar me hace mantenerme intacta. Mi personalidad y mi caracter me defienden delante de mi actitud y creo que si no me conoces lo suficiente no me conoces de verdad.

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Ni una promesa.

Es una viva contradicción a pie, con lágrimas en los ojos y cicatrices en el alma. Puede que no sea simple, ni muy arreglado, pero es un pequeño rincón, mi rincón. Se suel decir que nada estropea los sueños que nos són vividos, así que date la oportunidad de desplegar las alas nada más abrir la ventana. Cumplo promesas ajenas con pequeñas faltas de ambición, así que solo queda decir que una oportunidad no le viene mal a nadie.

NO era el suave destierro de tus labios, sino el agonizante calor de tus neuronas...

NI mis tacones pueden resistir el dolor palpitante de mis lágrimas.

¿Queda claro?

No pidas más d elo que puedes dar y no permitas recibir menos de lo que crees merecer.

No quría classificarte por que de eso ya se encargó el destino.

Algún día y puede que ese día no llegue nunca, iré a pedirte un favor.

Coje todo lo que necesites para poder cumplir tus sueños, no permitas que tus oídos sean confundidos por mentes con serios complejos y cierra los ojos muy fuerte para poder abrirlos y despertar en tu propio paraíso.

Nos hicimos de palabras y nos deshicimos de silencios.

No es rendirte, sino saber que ya fue suficiente.

Otro vistazo.

(sin título)

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Nos llenamos de ilusiones, nos drogamos de promesas, dejamos de pensar con la razón y huímos con el corazón en la mano. Abrimos nuestro diario y cojemos el boli rosa de la mesilla, comienzan las aventuras dijiste en voz alta, aquella noche. Nuestras neuronas adormecidas, comienzan a desbaratarse con aquel inmenso suspiro de alchol. Mi cama ya no era el sitio ideal para soñar y nos encontramos en aquel callejón cerca de la ciudad. Me puse mis tacones negros y pinte mis labios con aquel rojo frenético, no tarde más de dos horas en arreglarme. Y él ya me estaba esperando con su cazadora negra y su camisa blanca, aquellos vaqueros gastados y su moto reluciente. Cojimos velocidad al instante y ya estabamos por la carretera pincipal de salida. Mi pelo se despeinaba con cada soplo de viento que nos arrastraba rápidamente. La oscuridad nos envolvió en aquel túnel largo y frío, nos deslumbró la luz de aquella farola y solo tuvimos que pararnos a mitad de camino. Por que el final de un recorrido solo es el principio de otro.

Si no quieres decepciones, no te hagas ilusiones.

"Te quiero, porque tú me hiciste querer cuando no quería querer a nadie."

Es una parte de mi, así que se queda aquí.

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