viernes, 15 de junio de 2012

C'est la vie


No quiero bajar, soy feliz aquí, las estrellas son mi almohada y el sol me ilumina hasta el alma.
Creo que he conseguido atrapar mi propia sombra, me he dado cuenta de que no ser parte de un nosotros consigue que olvides lo que te dejaron con el gusto en la boca y marcharon.
Ahora veo que las montañas son deboradas por el sol y no al contrario, que el horizonte persigue tierra firme. Y que la luz de ciudad parece alcanzar el cielo. Mis piernas se columpian sobre tierra blanca, arenosa, estable y segura, no se llama tierra, no se llama realidad. Es algo como sueños, aventuras, emociones, vivir en tu mundo, consiste en dejarse llevar. No me importa sentirme sola de vez en cuando, no es algo nuevo, el estar rodeado de gente no implica estar acompañado.
El cielo lo deje atrás al igual que la vergüenza. Secretos no conocen mis palabras, ser cauta antónimo de mi felicidad. Mis desiciones no os afectan, mi capacidad para olvidar a mejorado al no tener ninguna tentación. Camino sin rumbo fijo, allí donde me lleve el sendero será el mejor hueco que encuentre mi sombra, escondida no me hará daño. Soñé ser fuerte, como una roca. Pero a tiempo me di cuenta que era lo peor que me podía suceder, prefiero ser frágil, y no necesitar el cuidado de nadie, irónico. Así te demostraré que no me hacías falta, tal y como veo las cosas ahora, eras un obstáculo en mi mente, que no dejaba saltar las barreras que me llegué a construir. Perdí toda mi ropa en el camino. Tampoco la buscaré, mi piel no a lucido tal belleza como para tener que ocultarla bajo camisas de seda.

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