miércoles, 23 de julio de 2014

All of me

Al final me ha costado tomar la decisión y creo que dar un giro inesperado en cualquier sentido de vez en cuando no está mal. Y no lo digo por decir, no quiero escribir más sobre fantasías ni reflexiones de esas misteriosas que nos dejan flotando en una nube, quiero escribir sobre lo que sé lo que estoy viviendo y como no.. de lo que a veces no me deja de buscar del pasado. Ahora mismo creo estar en un equilibrio sentimental, pero no todo es perfecto empezando por mi y mi incapacidad de ser cien por cien sincera con la persona a la que más quiero. Esto último me está atormentando y no sé cual es la solución más eficaz, por una parte eso de ser la novia perfecta se me hace aburrido y creo que si consiguiera serlo, cosa que es prácticamente imposible, sería aburrido porque haríamos todo lo que él uno quiere del otro y me he dado cuenta de que no quiero eso, necesito que de vez en cuando me haga enfadar para después arreglarlo con unos besos o con una rosa, necesito que se haga el celoso por la mínima tontería sin sentido, necesito sentir que la imperfección está infravalorada. Pero por otra parte sé que lo que hago no está bien, sé que las mentiras se me van de las manos y con ellas la situación. Ojalá las cosas fueran tan fáciles de arreglar como son de estropearlas y no me quejo, porque cometer dos veces el mismo error es de chicas listas, nótese la ironía. A pesar de haberla cagado y hasta el fondo, parece ser que ahora todo está bien quizás no por completo, dejémoslo en que el tiempo es la mejor medicina y que el amor siempre ayuda. Y no, no le he puesto los cuernos a mi novio, ni mucho menos, pero el daño es parecido y más si eres el mejor chico que nunca he conocido.


Quizás el amor sea esto, un montón de sensaciones que te vuelven loco pero que te acaban convirtiendo en un adicto total a ellas, que te hacen llorar, que te besan y te hacen fotos de infraganti, que te lo dicen todo con la mirada y que por encima de todo te hacen sentir vivo y con la sensación de que después de este capítulo la historia no volverá a tener sentido porque nada es comparable a lo que ahora sientes. Pero cuando sabemos cien por cien que lo que sentimos es amor y no otra cosa, otro sentimiento muy parecido que se nos mete dentro del corazón pero sobretodo de la cabeza y no nos deja pensar con claridad, que hace que nos tiemblen las piernas y que se nos corte el habla. Ese sentimiento que no me atrevo a catalogar pero estoy segura de que todos lo hemos vivido alguna vez, es un querer y no poder quizás sea eso, un camino a medio recorrer que se quedará en eso, en unos pocos pasos. Sé que suena de lo más confuso pero es lo que siento, mejor dicho, sentía.

miércoles, 9 de julio de 2014


Comprendí que somos pasajeros, algunos vienen y otros van. Hay otros que conducen, otros caminan, otros cogen velocidad y otros tantos están en el punto de partida. Escuché la voz de la conciencia que susurraba al aire, lo que de verdad nos esperaba al final de nuestro camino. Siempre queremos ver más allá de nuestras posibilidades, adelantarnos a los acontecimientos y crecer más rápido de lo que nos toca. Por voluntad construiríamos el edificio más alto y estructurado, pero por un solo fallo lo echamos todo a perder. Nadie nos prepara para el fracaso, la desilusión y la nostalgia. Quienes queremos nos pintan el camino de color de rosa y pensado para no tropezar jamás. Nos planteamos la vida como si estuviéramos hechos de plomo para que nada nos tumbe y que la adversidad no nos frene. Quizá ese modo de enfrentarnos a las cosas no sea cien por cien responsabilidad nuestra, sin embargo cuando te sientes derrotado el único que se puede encargar de volver a encaminarte eres tu mismo. Vivimos rodeados de gente, mucha gente, gente que tiene una opinión o adopta la de aquellos que si la tienen. Por eso existen dos clases de personas, las que están dispuestas a vivir sin importarles nada y las que se someten al poder de la sociedad.


domingo, 14 de octubre de 2012

Cartas de otoño.


Queda prohibido llorar sin aprender,

levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.....

Queda prohibido no sonreir a los problemas,

no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.....

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,

pensar que sus vidas valen menos que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.....

Queda prohibido no crear tu historia,

no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da
también te lo quita.

Queda prohibido, no buscar tu felicidad,

no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin tí, este mundo no sería igual.....

domingo, 7 de octubre de 2012

Blow me.


En un mismo camino cogemos  varias direcciones, unas pitan trayectorias rectas sin ninguna curva  en la que podamos encontramos obstáculos. Aquellas que vienen pintadas de rosa y con cuidados senderos llenos de flores. Esas que parecen no tener problemas de señalización, ninguna parte oscura dónde te puedas esconder, que los días parecen no tener noche y que la claridad te haría ver todo des de un punto de vista ideal. Dónde los finales felices parecen estar asegurados después de cada eterna historia, y que esos finales no son más que nuevos y fuertes comienzos. Allí dónde no sentimos el paso del tiempo y que cada paso solo puede hacernos ir hacía delante. Pero en un mismo camino de forma paralela encontramos caminos llenos de curvas, direcciones contradictorias, vías de escape, rutas sin salida. Noches interminables, lunas llenas, pocos atardeceres y ni un bonito despertar. Aquel camino lleno de baches, pedregoso y sin llanuras, el que nos detiene cada dos por tres con minúsculos obstáculos e inquietantes miradas. Con una fría brisa que nos desconcierta y nos enreda el cabello. Con atractivos, misterioso y arriesgados juegos de lunáticos. Lleno de huellas, de todos los tamaños y tramas. Iba con la mirada perdida, arrastrando todo tipo de remordimientos, cuando en pocos pasos me topé con algo diferente. Llamó mi atención casi por completo, se adueño de pequeñas e idiotas sonrisas, pude sentir como esa obsesión por tener un espacio vital, desaparecia. 
Y todo ocurrió  en un par de segundos.
 Por que en cierto modo hemos aprendido a valorar más una recompensa en un trayecto lleno de dificultades y adversidades, que las que són algo natural en una vida pintada de rosa.

sábado, 29 de septiembre de 2012

No quiero alcanzar un punto sin retorno.


Se escapa el tiempo, lo que en algún momento fue verdad, las mentiras escondidas. Se escapan sonrisas, las manías, los consejos. Se escapa la coincidencia, la casualidad, el instante. Se escapa esa ocasión. Por momentos puede parecer que el río vuelve a su cauce que como suelen decir, después de la tormenta viene la calma. Que después de todo podemos ser sinceros por completo, también dicen que la vida es una sola y que el momento es único tal y como se presenta ante nosotros. A veces no tenemos la llave indicada para abrir la puerta que elegimos, y otras tan solo es cosa de probar. Que somos de carne y hueso y cometemos errores, que nos arrepentimos y volvemos a caer y tropezamos una, dos y hasta tres veces con la misma cuestión y aún así desconocemos alguna solución. Nos perdemos en el tiempo y así de repente, todo vuelve a su comienzo natural. Por que lo que no sabemos no nos hará daño.

jueves, 6 de septiembre de 2012

 Cuando no encontramos palabras apropiadas para que puedan caer en otros oídos, cuando se queda una lágrima de reserva o cuando sientes que una barrera te dice basta. Cuando perdemos el peligro, y nos encontramos frente a la verdad, perdemos la conciencia del tiempo, y acariciamos el silencio.

jueves, 30 de agosto de 2012

A million time


Siempre hay un sabor amargo en las despedidas. Ese sitio, esa hora, esa ropa que vistes, ese perfume, ese abrigo, esos guantes ese maquillaje que el desconsuelo emborronó, todas aquellas cosas que ocurren en una despedida pasan a formar parte de un recuerdo desgarrador. No nos gusta sentirnos vacíos, incompletos y mucho menos que en aquel autobús, tren, coche, barco, avión... se escape una parte de ti. Se crea un fuerte mezcla de lo favorable y lo nocivo. Y te encuentras de pie al bordo de un abismo. El azar permanece escondido por tu peligro. Vovlerías atrás para vigilar cada uno de tus pasos meticulosamente. Para no tener que lamentar ahora su marcha. Parte de la inseguridad s ehace en ti. Varias lágrimas recorren tu mejilla quitándote las ganas de sonreír por algún tipo de reencuentro. No hay modo de arreglarlo, de arreglar el tiempo reconstruyendo pieza a pieza una realidad inexistente. La verdad es que la lluvia se acerca y tengo que buscar un nuevo lugar dónde resguardarme de la tempestad que yo misma he apoyado.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Déjate de mentiras.

Te pertenece la forma en que juzgas tu mundo. Cuando tiñes todo de gris y guardas el sol en la mesilla de noche. Cuando no vives en la realidad y desechas la posibilidad de cumplir tus fantasías. Yo también me sentiría perdida si no diera vuelta de página y obstruyera una salida con recuerdos. Por eso son, nada más que cenizas de un gran fuego, pero eso no nunca debió alimentar tu desazón. Cumpliste tu deseo de un "para siempre" pero solo lo cumpliste en la fina linea en que te encuentras, ni perteneces al mundo ni encuentras el tuyo propio. Llegaste ahí, por que tu misma buscaste el camino. El camino a la indecisión, ese que no te deja libre. No eches la culpa al tiempo ni al que te rodeaba de la cintura sin dejarte casi respiro. Échatela a ti, por que ese final solo hubiera supuesto el paso de una nueva página en ti. Eso hubiera ocurrido si de quitarás la venda que te colocó el miedo a descubrir de todo lo que eres capaz de vivir por ti misma.

Vie.

Algo que descuidé, algo que perdí, algo que volví a buscar, algo que no encontre, algo que no dejo rastro. Algo que desapareció del mapa o de mi mapa. Algo con imaginación y juicio. Algo que vestia con vaqueros desgastados y converses con miles de historias. Algo con un lunar en la mejilla y un tatuaje en el antebrazo. Algo con sonrisa picara y mirada paralizadora. Algo con complicaciones. Algo que salió por la puerta de atrás y que solo dejó rastro en mi. Con mi forma innata de manejar la realidad perdí ese alguien.