domingo, 14 de octubre de 2012
Cartas de otoño.
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.....
Queda prohibido no sonreir a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.....
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen menos que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.....
Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da
también te lo quita.
Queda prohibido, no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin tí, este mundo no sería igual.....
domingo, 7 de octubre de 2012
Blow me.
En un mismo camino cogemos varias direcciones, unas pitan trayectorias
rectas sin ninguna curva en la que
podamos encontramos obstáculos. Aquellas que vienen pintadas de rosa y con
cuidados senderos llenos de flores. Esas que parecen no tener problemas de
señalización, ninguna parte oscura dónde te puedas esconder, que los días
parecen no tener noche y que la claridad te haría ver todo des de un punto de
vista ideal. Dónde los finales felices parecen estar asegurados después de
cada eterna historia, y que esos finales no son más que nuevos y fuertes comienzos. Allí dónde
no sentimos el paso del tiempo y que cada paso solo puede hacernos ir hacía
delante. Pero en un mismo camino de forma paralela encontramos caminos llenos
de curvas, direcciones contradictorias, vías de escape, rutas sin salida.
Noches interminables, lunas llenas, pocos atardeceres y ni un bonito despertar.
Aquel camino lleno de baches, pedregoso y sin llanuras, el que nos detiene cada
dos por tres con minúsculos obstáculos e inquietantes miradas. Con una fría brisa que nos desconcierta
y nos enreda el cabello. Con atractivos, misterioso y arriesgados juegos de lunáticos. Lleno de huellas, de todos los tamaños y tramas. Iba con la mirada perdida, arrastrando todo tipo de remordimientos, cuando en pocos pasos me topé con algo diferente. Llamó mi atención casi por completo, se adueño de pequeñas e idiotas sonrisas, pude sentir como esa obsesión por tener un espacio vital, desaparecia.
Y todo ocurrió en un par de segundos.
Por que en cierto modo hemos aprendido a valorar más una recompensa en un trayecto lleno de dificultades y adversidades, que las que són algo natural en una vida pintada de rosa.
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